viernes, 12 de julio de 2013

Pecheux, M.: Hacia un análisis automático del discurso, cap. 1, parte II: “Orientaciones conceptuales para una teoría del discurso”



A) Consecuencias teóricas inducidas por algunos conceptos Saussureanos.
En el curso de Lingüística General en el capítulo III, se encuentran dos formas de definición del concepto de lengua.
La primera consiste en enunciar las propiedades del objeto definido: “parte social del lenguaje, exterior al individuo, que por sí solo no  puede ni crearla ni modificarla”. Esta definición tiene como efecto oponer la lengua al habla como parte del lenguaje propio del individuo, en tanto que él puede crearla y modificarla.
La segunda forma de definición consiste en definir el objeto por su relación con otros objetos situados en el mismo plano: “la lengua es una institución social que se diferencia por muchos rasgo de las jurídicas, las políticas, etc. Para comprender su naturaleza peculiar hay que hacer intervenir un nuevo orden de hechos. Es un sistema de signos que expresan ideas y por eso comparable a la escritura y a los alfabetos. Pero es más importante que todos esos sistemas. Se puede concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el ceno de la vida social. La llamaremos Semiología” (Saussure, p.60).
Para esta definición Saussure incita una doble división: opone un sistema semiológico al conjunto de todos los sistemas semiológicos. Pero evoca otra oposición, por medio del término institución: le permite separar los sistemas institucionales jurídico, político, etc., de la serie de sistemas institucionales semiológicos, y excluirlos pura y simplemente de la teoría del significante a la que me acabo de referir.
Así, Saussure concibe la lengua como un objeto científico homogéneo cuya especificidad está basada en dos exclusiones teóricas:
-       La exclusión del habla, por inaccesible a la ciencia lingüística.
-       La exclusión de las instituciones no semiológicas, por caer fuera de la zona de pertinencia de la ciencia lingüística.
Veamos las consecuencias.
1. LAS IMPLICACIONES DE LA OPOSICIÓN SAUSSERENA ENTRE LENGUA Y HABLA
Esta oposición autoriza la reaparición triunfante del sujeto hablante como subjetividad en acto, unidad activa de intenciones que se realizan por los medios puestos a su disposición; en otros términos es como si la lingüística científica liberase un residuo que es la noción filosófica de sujeto libre, concebido como el reverso indispensable, como el correlato necesario del sistema. El habla, como uso de la lengua, aparece como un camino de la libertad humana.
Jakobson aporta indicaciones certeras: “en la combinación de las unidades lingüísticas, hay una cadena ascendente de libertad. En la combinación de fonemas para crear palabras la libertad del hablante es nula. En la formación de frases a partir de palabras, la restricción que sufre el hablante es menor. En las combinaciones de frases en enunciados, se detiene la acción de las reglas restrictiva de la sintaxis, y la libertad de todo hablante particular aumenta sustancialmente, aunque  no haya que subestimar el número de enunciados estereotipados”.
¿Hay que pensar que la ciencia lingüística va a extender progresivamente su cometido, y llegar a dar cuenta de toda la escala utilizando instrumentos combinatorios cada vez más poderosos?
Hay una dificultad fundamental que refiere a la naturaleza del horizonte teórico del la lingüística hasta en sus formas actuales: no es seguro que el objeto teórico que permite pensar el lenguaje sea uno y homogéneo, sino que quizás la conceptualización de los fenómenos que pertenecen a la parte alta de la escala necesitan un desplazamiento de la perspectiva teórica, un cambio de terreno que haga intervenir conceptos externos a los ámbitos en que se mueve la lingüística actual. En lo sucesivo el problema clásico de la normalidad del enunciado  es, en nuestra opinión, un índice claro de esta dificultad: las condiciones actuales del funcionamiento de una gramática generativa suponen un tipo de hablante que llamaremos neutralizado, es decir, ligado a la normalidad universal de los enunciados canónicos, donde la posición de las clases de equivalencia está fijada, a priori, como una propiedad de la lengua. Es, pues, con relación a esta supuesta normalidad de la lengua como se encuentra definido  el enunciado anormal.
No se puede considerar siempre una oración como anormal o normal, por la sola referencia a una norma universal inscrita en la lengua, sino que esta oración debe referirse al mecanismo discursivo específico que la ha hecho posible y necesaria en un contexto científico dado. Parece indispensable hacer aparecer el nivel de la particularidad que define contratos lingüísticos específicos de tal o cual región del sistema, es decir, haces de normas definidos localmente e innegablemente aptos para extenderse los unos sobre los otros; así lo describe Jakobson: “ para todo sujeto hablante existe una unidad de la lengua, pero este código global representa un sistema  de sub-códigos en comunicación recíproca. Cada lengua comprende muchos sistemas simultáneos, cada uno caracterizado por una función diferente”. 
Pecheux considera que la división no es lingüística sino discursiva. Es diferente a las nociones de sub-código, lengua particular, etc. estos pagan el precio de la disociación reformista.
El concepto de campo semántico representa un paso en esta dirección, puesto que ve las relaciones semánticas entre los elementos morfemáticos, sus relaciones in praesentia e in absentia en un área de significación dada. Sin embargo no da cuenta de los efectos secuenciales vinculados a la Discursividad. Cubre prefectamente una de las dos significaciones de la palabra retórica (como saber que busca la elección de las palabras), pero no la otra significación (como saber que busca la disposición, el orden y el encadenamiento de las ideas, etc).
Propondremos designar con el término proceso de producción el conjunto de los mecanismos formales que producen un discurso de un determinado tipo, unas circunstancias determinadas.
Se desprende que el estudio de los procesos discursivos supone dos tipos de investigación:
-       El estudio de las variaciones específicas (semánticas, retóricas y pragmáticas) ligadas a los procesos particulares de producción considerados sobre el fondo invariante de la lengua (sintaxis).
-       El estudio de la relación entre las circunstancias de un discurso (condiciones de producción) y su proceso de producción.

2. LAS IMPLICACIONES DEL CONCEPTO SAUSSUREANO DE INSTITUCIÓN
Debido a que Saussure considera a las instituciones, en general, como medios adaptados a fines, es por lo que puede destacar el caso único de la lengua, para la que no hay ninguna facultad predestinada por naturaleza. Saussure aparece aquí afectado por la ilusión necesaria del no sociólogo, que consiste en considerar las instituciones en general con funciones con finalidad explícita.
Considerando la teoría del proceso discursivo, esto tiene sus consecuencias. 
Un discurso se pronuncia siempre a partir de condiciones de producción dadas. Hay que referirlo a las relaciones de sentido en que se produce: así, tal discurso remite a tal otro, respecto al cual es una respuesta directa o indirecta, o cuyos términos principales corea, o aniquila sus argumentos. El proceso discursivo, no tiene principio: el discurso se sostiene siempre sobre algo previamente discursivo, que desempeña el papel de materia prima, y el orador sabe que cuando evoca un acontecimiento que ha sido objeto de un discurso, resucita en la meente de sus oyentes el discurso en el que se alegaba este suceso, con las deformaciones que introduce la situación presente, y de las que puede sacar partido.
Esto implica que el orador experimenta de una cierta forma el lugar del oyente a partir de su propia situación de orador: su habilidad para imaginar, para aventajar al oyente es a veces decisiva, si se sabe prever a tiempo dónde le espera ese oyente.
El propósito de Pecheux es definir los elementos teóricos que permiten imaginar los procesos discursivos en su generalidad: enunciaremos, a título de proposición general, que los fenómenos lingüísticos de dimensión superior a la oración pueden efectivamente concebirse como u funcionamiento, pero a condición de añadir inmediatamente que este funcionamiento no es integralmente lingüístico, en el sentido actual de este término, y que no se puede definir más que haciendo referencia al mecanismo de colocación de los protagonistas y del objeto del discurso, mecanismo que hemos llamado condiciones de producción del discurso.
Plantea la hipótesis de que a un estado dado de las condiciones de producción, corresponde a una estructura definida del proceso de producción del discurso a partir de la lengua (invariantes semántico-retóricas bajo las mismas condiciones). Esto supone que es imposible analizar un discurso como un texto, es decir, como una secuencia lingüística cerrada sobre sí misma, y que es necesario referirlo al conjunto de los discursos posibles a partir de un estado definido de las condiciones de producción.

Althusser – Tres notas sobre la teoría de los discursos
Reflexion sobre el status del discurso inconsciente y su articulación sobre el discurso ideologico.
La categoria del sujeto es absolutamente fundamental en el discurso ideologico.
La teoria del incosciente es, por derecho, la teoria de todos los efectos posibles del inconsciente.
Toda nueva ciencia surge, en el momento de su fundacion, en forma de una teoria regional que depende de una teoria general ausente.
La teoria regional puede substir casi intacta a falta de una teoria general cuya necesidad por derecho, sin embargo, se hace sentir en su ausencia misma.
El psicoanalisis no va más allá de una teoria regional. No está en condiciones de dar una pruea objetiva de su cientificidad.
Freud conocía la necesidad de una teoria general. Intenta situar el objeto de estudio del psicoanalisis con respecto a otros objetos pertenecientes a disciplinas existentes.
Lacan, no solo sostiene ferozmente el principio de la diferenciación del objeto del psicoanalisis respecto de de las demás disciplinas existentes que encontramos en Freud, sino que además agrega a este trabajo defensivo y negativo, un trabajo positivo: muestra al mismo tiempo, a proposito de la lingüística, lo que distingue al objeto (teorico) del psicoanalisis del objeto (teorico) de la lingüística y los reconcilia. Establece una relacion diferencial.
Hay una limitacion en la concepción de la naturaleza de una teoria general en Lacan. Para superar estos limites se requieren conceptos epistemologicos generales, es decir, una concepción filosofica definida y justa, que abarque el objeto especifico por si mismo que constituye la teoria general.
La relacion entre la teoria general de la lingüística y la regional del psicoanalisis, debe ser elaborada desde otro punto de vista, no por la simple confrontación diferencial.
El inconsciente se manifiesta, es decir, existe, por sus efectos, descubribles en el sueño, en los sintomas, en los juegos, etc., normales y patologicos. Esta manifestación no es la esencia. Lo que existe son los mecanismos de un sistema que funciona produciendo sus efectos. Lo que existe son las formaciones del incosciente.
El inconsciente es una estructura o sistema, que combina determinados elementos sometidos a leyes de combinación determinadas y que funciona según mecanismos determinados. Sus elementos son significantes, por lo cual, las leyes y mecanismos de su funcionamiento dependen de la teoria general del significante.
Si comparamos las diferentes formas existentes de discurso, podemos poner en evidencia un efecto comun: todo discurso produce un efecto de subjetividad.
El sujeto del discurso ideologico esta presente en persona, el mismo es un significante determinado de este discurso. El sujeto del discurso cientifico esta ausente en persona, ningun significante lo designa. El sujeto del discurso insciente es representado en la cadena de los significantes por un significante que tiene lugar, está ausente del discurso del inconsciente.
Los significantes de la lengua son los morfemas.
Los significantes del discurso ideologico son gestos, conductas, sentimientos, palabras, etc.
Los significantes del inconsciente son fantasmas Ej: lo imaginario.
La ideologia es la que asegura la funcion de designar el sujeto que debe definir y ejecutar las funciones de la base definidas por la estructura. Para ello debe interpelarlo como sujeto, proporcionandole las razones de sujeto. Estas razones figuran en el discurso ideologico que es, pues, necesariamente, un discruso referido al sujeto al que se dirige, que implica tambien, necesariamente al sujeto como significante del discurso y, por ello, el sujeto debe figurar en persona entre los significantes del discurso ideologico. Para que el individuo se constituya como sujeto interpelado, es necesario que se reconozca como sujeto en el discurso ideologico, tiene que figurar en el. Este reconocimiento no es pura y simple exhortación, sino una empresa de convicción-persuacion.
La ideologia se articula sobre las estructuras economicas y politicas.
La funcion-sujeto que constituye el efecto propio del discurso ideologico requiere, a su vez, produce o induce, un efecto propio, que es el efecto-inconsciente o el efecto sujeto-del-inconsciente, es decir, la estructura propia que permite el discurso del inconsciente. Esta ultima funcion permite asegurar la funcion-sujeto en el desconocimiento.
El discurso ideologico, que es el discurso de los vivido y el discurso en el que se relata el sueño, induce un efecto-sujeto ideologico, en la medida en que interpela a los individuos, se dirife a ellos para obligarlos a asumir las funciones de base requeridas por los diferentes niveles de la estructura social. Permite al sujeto interpelado reconocerse y reconocer su lugar en el discurso.
El discurso ideologico solo tiene sentido como interpelacion, no hace pregunta alguna, parte de la pregunta ya resuelta. Por ello, se puede decir que el discurso ideologico recluta produciendo el mismo los sujetos a los que recluta.
La interpelacion como sujetos ideologicos de los individuos humanos produce en ellos un efecto inconsciente, que les permite asumir la funcion de sujetos ideologicos.
El insconsciente esta estructurado como un lenguaje, constituye un discurso, que es posible gracias a la existencia de cierto numero de significantes, que está sometido a las leyes generales del discurso y que, como todo discurso producido, induce un efecto-sujeto. El incosciente es indispensable para que funcione el sistema mediante el cual el individuo asume el papel de sujeto ideologico interpelado como tal por el discurso ideologico.
Pero la articulación sobre lo ideologico no es la unica del inconsciente.
El inconscientes es un mecanismo que funciona masivamente con lo ideologico. Sus efectos se repiten en situaciones en las que produce efectos, es ecir, existe en las formaciones tipicas. Lo inconsciente existe en lo vivido objetivo-subjetivo y realiza en el algunas de sus formaciones.
Una situación es una formación de lo ideologico, formación singular en la que lo vivido recibe información de la estructura de lo ideologico.
Decir que el inconsciente produce sus formaciones o algunas de sus formaciones en situaciones concretas significa pues literalmente que las produce en formaciones del discurso ideologico, en formaciones de lo ideologico. El inconsciente funciona con la ideologia.
Las formaciones ideologicas en las que cuajan las formaciones de un inconsciente considerado constituyen la materia en la que cuajan ciertas formaciones tipicas del inconsciente considerado.
Sin embargo las estructuras de ambos discursos son totalmente diferentes. La estructura del discurso inconsciente no esta centrada y el sujeto no figura en persona, sino por lugartenencia. El gran otro (lacan) que es propiamente el sujeto del discurso del inconsciente, sería el propio discurso de lo ideologico instaurado como sujeto del discurso del inconsciente presente en los significantes.
Problema de la conjuncion de diferentes elementos que cuajan en forma del inconsciente del niño. Los inconscientes articulados sobre lo ideologico, los inconscientes articulados unos en los otros por intermedio de su articulación sobre lo ideologico, son lo que constituye la situación que preside la instauración del inconsciente del niño.
En la medida en que el objeto del psicoanalisis es el inconsciente y que este posee la estructura de un discurso, la teoria general de la que se deriva la teoria regional del psicoanalisis es la teoria general del significante, la cual debe ser distinguida de la teoria regional de la lengua.
La teoria general que permite pensar la articulación de los diferentes discursos es la del materialismo historico.
La teoria general de la que depende la teoria regional del objeto psicoanalitico seria una forma de combinación especifica de dos teorias generales: la del significante y la del materialismo historico, en la que la segunda determina la primera.
La distinción de las teorias generales no es posible mas que a condicion de su articulación diferencial.
La teoria general del significante esta presente como efecto en las teorias regionales, tanto de la lingüística como del psicoanalisis, pero no aparece como teoria general propiamente dicha.
El inconsciente como discurso especifico
Hay en el inconsciente mecanismos que lo emparentan con el discurso. Pero con esto se pierde de vista que lo que constituye el inconsciente no solo es un discurso, sino lo que habla en el, y por lo tanto, lo que esta presente en estas leyes formales es algo diferente a ellas: la libido y las pulsiones. Habria que distinguir las leyes formales y el contenido, Por una parte estaría el inconsciente como discurso y, por otro lado, otra cosa que se manifiesta, se expresa, habla, en el juego de estas leyes, las pulsiones.
Las limitaciones propias del discurso inconsciente son las formas mismas de existencia de lo que existe en la forma del discurso inconsciente. Estas limitaciones refieren a: la naturaleza de los elementos combinados en los enunciados y a la sintaxis especifica de este discurso.
Cada tipo de discurso se define por medio de un sistema de limitantes especificas que definen los discursos.
Las limitantes del discurso ideologico hacen que funcione produciendo otro efecto, el de desconocimiento-reconocimiento.
El efecto no es mas que el discurso mismo.
Si entendemos que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, pero considerando que lo que define este discurso especifico es un sistema definido de limitantes, que es la existencia de la libido misma, entonces no la perderemos (la libido).
La articulación principal del discurso inconsciente es sobre el discurso ideologico.