I
Actualmente la gran vía del humanismo también puede conducir al socialismo.
Pero antes de expresarse en términos de la libertad de la persona, se expresó
en términos de la lucha de clases. El fin de la dictadura del proletariado abre
en la URSS una segunda fase histórica. Los soviéticos dicen, el Estado ya no es
de clase, sino el Estado del pueblo entero (de cada uno). Efectivamente los hombres son tratados allí sin distinción
de clase, es decir, como personas. Los temas del humanismo de clase son
remplazados, en la ideología, por los temas de humanismo socialista de la
persona.
Hace diez años el humanismo socialista no existía sino bajo una sola forma:
el humanismo de clase. Actualmente existe bajo dos formas: el humanismo de
clase allí donde reina todavía la dictadura del proletariado, y el humanismo de
la persona, allí donde ha sido superada. En el humanismo de la persona, el de
clase puede contemplar su propio futuro.
Así se bosqueja una especie de encuentro entre dos humanismos de la
persona: el humanismo socialista y el humanismo liberal burgués o cristiano. La
liberalización de la URSS da garantía al segundo. La humanidad encontrará al
fin realizado su sueño milenario, figurado, en los bosquejos de los humanismos
pasados, cristianos y burgueses: que en el hombre y entre los hombres llegue al
fin el reino del hombre.
II
Socialismo es científico. Humanismo es ideológico. Se trata de un concepto
que encierra una desigualdad teórica asombrosa. Humanismo señala un conjunto de
realidades existentes pero que a diferencia de un concepto científico, no nos
da los medios para conocerlas.
Para ver esto claro, Althusser recuerda la experiencia de Marx que no llegó
a la teoría científica de la historia sino pagando el precio de una crítica
radical a la filosofía del hombre. La esencia del hombre fundaba a la vez una
teoría rigurosa de la historia y una práctica política coherentes. Esto se ve
en las dos etapas del período humanista de Marx.
La primera etapa está signada por un humanismo racionalista liberal. La
historia del hombre solo es comprensible a través de la esencia del hombre, que
es libertad y razón. Libertad: el hombre está llamado a la libertad, constituye
su ser mismo. La libertad ha existido
siempre, como privilegio particular y como derecho general; el estado moderno
es libertad pero en la forma racional del derecho universal. Razón: el hombre
no es libertad sino al ser razón. Existe todavía bajo la forma de razón en el
Estado: el Estado del derecho y de las leyes.
La segunda etapa está dominada por una nueva forma de humanismo: el
humanismo comunitario de Feuerbach. El estado razón permaneció sordo a la razón
y jamás se reformó. Marx pasa a considerar los abusos del Estado como una
contradicción real entre su esencia y su existencia. El humanismo de Feuerbach
permite precisamente pensar esta contradicción al mostrar en la no-razón la
enajenación de la razón, y en esta enajenación la historia del hombre, es
decir, su realización. El hombre es solo libertad y razón porque primero es ser
comunitario, un ser que no se realiza teóricamente ni prácticamente, sino
dentro de las relaciones humanas universales, tanto con los hombres como con
sus objetos. La esencia del hombre funda la historia y la política.
La historia es la enajenación y la
producción de la razón en la sinrazón, del hombre verdadero en el hombre
enajenado. En los productos enajenados de su trabajo, el hombre realiza sin
saberlo, su esencia de hombre. Esta pérdida supone una esencia del hombre
preexistente definida. Al fin de la historia, este hombre, convertido en
objetividad inhumana, no podrá sino volver a tomar en sus manos, su propia
esencia enajenada en la propiedad, la religión y el estado, para llegar a ser
un hombre total, un hombre verdadero.
Esto da origen a un nuevo tipo de acción política: la política de una
reapropiación práctica por el hombre de su esencia. La revolución será también
humana. Será la obra común de la filosofía y del proletariado. En la primera se afirma al hombre, en la
práctica se lo niega. La penetración de la filosofía la rebelión consciente de
la afirmación contra su propia negación. La negación de la negación.
III
A partir de 1845 Marx rompe con toda
teoría que funda la historia y la política en la esencia del hombre. Esta
ruptura única comporta tres aspectos teóricos indisociables:
- Formación de una teoría de la historia y de la política fundada en conceptos radicalmente nuevos: los conceptos de formación social, fuerzas productivas, relaciones de producción, superestructura, ideologías, determinación en última instancia por la economía, determinación específica de otros niveles, etc.
- Crítica radical de las pretensiones teóricas de todo humanismo filosófico.
- Definición del humanismo como ideología.
Aquí todo se entrelaza. La esencia del hombre criticada es definida como
ideología, categoría que pertenece a la nueva teoría de la sociedad y de la
historia.
A un idealismo de la esencia corresponde siempre un empirismo del sujeto.
Al rechazar la esencia del hombre como fundamento teórico, Marx rechaza todo
ese sistema orgánico de postulados. Echa a las categorías filosóficas de
sujeto, empirismo, esencia ideal, de todos los campos que reinaban. De la
historia, de la moral, de la filosofía. Pero solo tiene derecho a rechazar los
antiguos conceptos en la medida en que los reemplaza por conceptos nuevos.
Marx funda una nueva problemática, una nueva manera sistemática de plantear
los problemas al mundo, nuevos principios y un nuevo método. Este
descubrimiento está contenido inmediatamente en la teoría del materialismo
histórico, donde Marx no solo propone una nueva teoría de la historia sino
también una nueva filosofía. Reemplaza los antiguos conceptos por una teoría de
los diferentes niveles específicos de la práctica humana en sus articulaciones
propias, fundada sobre las articulaciones específicas de la unidad de la
sociedad humana.
El anti-humanismo teórico tiene por corolario el reconocimiento y el
conocimiento del humanismo mismo como ideología. No suprime de ninguna manera
la existencia histórica del humanismo. Reconoce la necesidad del humanismo como
ideología, poniéndola en relación con sus condiciones de existencia, una
necesidad bajo condiciones. Una actitud política frente al humanismo solo es
posible bajo la condición absoluta de estar fundada en la filosofía marxista
cuyo supuesto previo es el anti-humanismo teórico.
IV
Todo depende entonces del conocimiento de la naturaleza del humanismo como
ideología. Basta saber que una ideología es un sistema (que posee su lógica y
su rigor propios) de representaciones (imágenes, mitos, ideas o conceptos según
los casos), dotados de una existencia y de un papel históricos en el seno de
una sociedad dada. Sin entrar en el problema de las relaciones de una ciencia
con su pasado, podemos decir que la ideología como sistema de representaciones
se distingue de la ciencia en que la función práctico social es más importante
que la función teórica (o de conocimiento). Definiciones pág. 192.
El materialismo histórico no puede concebir que una sociedad comunista
pueda prescindir jamás de la ideología, trátese de moral, de arte, o de
representación del mundo. No puede concebirse que el comunismo, nuevo modo de
producción que implica fuerzas de producción y relaciones de producción
determinadas, pueda prescindir de una organización social de la producción y de
las formas ideológicas correspondientes.
La ideología no es por lo tanto, una aberración o una excrecencia
contingente de la historia: constituye una estructura esencial en la vida
histórica de las sociedades. Por lo demás, solamente la existencia y el
reconocimiento de necesidad pueden permitir actuar sobre la ideología y transformarla
en instrumento de acción reflexiva sobre la historia.
La ideología tiene muy poco que ver con la conciencia. es profundamente
inconsciente. Es sin duda un sistema de representaciones, pero estas
representaciones, son la mayor parte del tiempo, imágenes, conceptos, que se
imponen como estructuras a la inmensa mayoría de los hombres sin pasar por su
conciencia. Los hombres viven su ideología como un objeto de su mundo, como su
mundo mismo.
La ideología concierne a la relación vivida de los hombres con su mundo.
esta relación no aparece como consciente sino a condición de ser inconsciente,
da la impresión de no ser simple sino una relación de relaciones, una relación
de segundo grado. En la ideología los hombres expresan, en efecto, no su
relación con sus condiciones de existencia sino la manera en que viven su
relación con sus condiciones de existencia: lo que supone a la vez una relación
real y una relación vivida, imaginaria con sus condiciones de existencia. La
ideología es por lo tanto la expresión de la relación de los hombres con su
mundo, es decir, la unidad de su relación real y e su relación imaginaria con
sus condiciones reales de existencia reales. E la ideología la relación real
está inevitablemente investida en la relación imaginaria: relación que expresa
más una voluntad, una esperanza o una nostalgia, que la descripción de una
realidad.
En esta sobredeterminación de lo real por lo imaginario y de lo imaginario
por lo real, la ideología es, por principio, activa, y refuerza o modifica las relaciones
de los hombres con sus condiciones de existencia, en esa misma relación
imaginaria. De ello se deriva que esta acción no puede ser jamás instrumental:
los hombres que se sirven de una ideología como un puro medio de acción, una
herramienta, se encuentran prisioneros en ella y preocupados por ella en el
momento mismo en que la utilizan y se creen sus dueños.
Esto es perfectamente claro en una sociedad de clases. La ideología
dominante es la ideología de la clase dominante. Pero esta no mantiene con su
ideología una relación exterior y lúcida de utilidad o de astucia puras. Le
sirve para dominar a la clase explotada
y para constituirse en clase dominante misma, haciéndole aceptar como
real y justificada su relación vivida con el mundo. la ideología tiene un papel
activo sobre la clase dominante y contribuye a moldearla, a modificar sus
actitudes para adaptarla a sus condiciones reales de existencia.
En una sociedad de clases, la ideología es la tierra y el elemento en los
que la relación de los hombres con sus condiciones de existencia se organiza en
provecho de la clase dominante. En una sociedad sin clases la ideología es la
tierra y el elemento en los que la relación de los hombres con sus condiciones
de existencia se vive en provecho de todos los hombres.
V
De esta manera llegamos a tocar la razón más profunda y, sin duda, difícil
de enunciar. Este recurso a la ideología puede también, en ciertos límites ser
considerado, como el sustituto de un recurso a la teoría.
Notas sobre el humanismo real.
Marx señala que la idea de naturaleza humana, o de esencia del hombre,
recubre un juicio de valor doble, precisamente la pareja humano-inhumano. Esta
pareja es el principio oculto de todo humanismo. Para Marx, ambos son producto
de las condiciones actuales, lo inhumano es el lado negativo de lo humano.
El humanismo socialista es rechazo y denuncia de las discriminaciones
humanas, de la explotación, de la miseria, de la esclavitud. En el caso de la
URSS, concierne a una realidad doble, no solo a una realidad superada por la
necesidad racional del desarrollo de las fuerzas de producción y de las
relaciones de producción socialista (la dictadura del proletariado) sino
también a una realidad que no debería haberse tenido que superar, esa nueva
forma de existencia no-racional de la razón, de terror, de opresión, de
dogmatismo, aquello que no se ha logrado superar totalmente, en sus efectos o
en sus daños.
Los temas del humanismo socialista (libre desarrollo del individuo, respeto
por la legalidad socialista, dignidad de la persona, etc.) son la manera en que
los soviéticos y otros socialistas viven sus relaciones con estos problemas, es
decir, con las condiciones en que se plantean.
Considerados en sí mismos, estos problemas, conciernen a la preparación de
nuevas formas de organización de la vida económica, de la vida política y de la
vida ideológica, de los países socialistas en su fase de desaparición o de
superación de la dictadura del proletariado.
El antihumanismo de Marx permite la comprensión de la necesidad de las
ideologías existentes, el humanismo inclusive. Pero da al mismo tiempo, ya que
es una teoría crítica y revolucionaria, la comprensión de la táctica que se
debe adoptar contra ellas: sostenerlas, transformarlas y combatirlas.
Humanismo real, opuesto al idealista, abstracto, especulativo, que tiene
por objeto algo que no es real. Si queremos encontrar el contenido de este
nuevo humanismo tenemos que buscarlo en la realidad, en la sociedad, en el
estado, etc. Lo real no es una consigna teórica, lo real es el objeto real, que
existe independientemente de su conocimiento, pero que solo puede ser definido
por su conocimiento. La consigna del humanismo no tiene un valor teórico, sino
un valor de índice práctico, es necesario ir a los problemas concretos mismos.
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