viernes, 12 de julio de 2013

Marx, K.: El Proceso de Producción del Capital, libro primero, capítulos 1 y 2 (El Fetichismo de la Mercancía)



  1. Valor de uso y valor de cambio (Sustancia del valor, magnitud del valor)
Ver Valor de uso y de Cambio
Reducción del valor de cambio a algo que les sea común, solo pueden diferir en su cantidad. Les resta la carac. de ser productos del trabajo.
Con el carácter útil de los productos del trabajo, se desvanece el carácter el carácter útil de los trabajos representado en ellos, y las formas concretas de esos trabajos. Se reducen en su totalidad a trabajo humano indiferenciado.
Un valor de uso o un bien, tiene valor porque en él está objetivado o materializado trabajo abstractamente humano. ¿Cómo medir la magnitud de su valor? Por la cantidad de trabajo contenida en ese valor de uso. Y la cantidad de trabajo se mide por su duración, el tiempo de trabajo.
Fuerza de trabajo social media. Usa el tiempo de trabajo socialmente necesario, el requerido para producir un valor de uso. Este es el que determina la magnitud de su valor. Las mercancías que contienen cantidades iguales de trabajo  o que se pueden producir en el mismo tiempo de trabajo tienen la misma magnitud de valor. Todas las mercancías son determinada medida de tiempo de trabajo solidificado.
La magnitud de vaor de una mercancía varía en razón directa a la cantidad de trabajo efectivizado en ella; e inversa a la fuerza productiva de ese trabajo.
Para producir una mercancía no solo debe producir valor de uso, sino valores de uso sociales. Para transformarse en mercancía el producto ha de transferirse a través del intercambio a quién se sirve de él como valor de uso. Ninguna cosa puede ser valor sino es objeto para el uso.
2. Dualidad del trabajo representado en las mercancías
Los valores de uso no pueden enfrentarse como mercancías si no encierran en sí trabajos útiles cualitativamente diferentes. La diferencia cualitativa entre lo trabajo útiles, se desenvuelve hasta constituir un sistema multimembre, una división social del trabajo.
Como creador de valores de uso, como trabajo útil, el trabajo es condición de la existencia humana, necesidad natural y eterna de mediar el metabolismo que se da entre el hombre y la naturaleza, y por consiguiente, de mediar la vida humana.
Los valores de uso son combinaciones de dos cosas, material natural y trabajo.
Todo trabajo es, gasto de fuerza humana de trabajo, y es en esta condición de trabajo humano igual, o de trabajo abstractamente humano, como constituye el valor de las mercancías. Todo trabajo, es gasto de fuerza humana de trabajo en una forma particular y orientada aun fin, y en esta condición de trabajo útil concreto produce valores de uso.
3         La forma de valor o el valor de cambio
Las mercancías vienen al mundo revistiendo la forma de valores de uso o cuerpos de mercancías. Solo poseen la forma de mercancías, en la medida en que tienen una forma doble: la forma natural y la forma de valor.
Ni un solo átomo de sustancia natural forma parte de su objetividad  en cuanto valores. Su objetividad como valore solo puede ponerse de manifiesto en la relación social entre diversas mercancías.
Las mercancías poseen una forma común de valor que contrasta con las abigarradas formas naturales propias de sus valores de uso: la forma de dinero. Mar intenta dilucidar la génesis de la forma dineraria.
La más simple relación de valor es la que existe en una mercancía y otra mercancía determinada de especie diferente, sea cual fuere. La relación de valor entre dos mercancías expresa la relación más simple del valor de una mercancía. El secreto de toda forma de valor yace oculto bajo esta forma simple de valor.
La fuerza del rabajo humana en estado líquido, o el trabajo humano, crea valor, pero no es valor. Se convierte en valor al solidificarse, al pasar a la forma objetiva.
Toda mercancía cuyo valor debmos expresar es un objeto para el uso que se presenta en una cantidad determinada. Esta cantidad dada de una mercancía contiene determinada cantidad de trabajo humano. La forma de valor no solo tiene que expresar valor en general, sino valor, o magnitud de valor, cuantitativamente determinado.
La primera peculiaridad que saltat a la vista cuando se analiza la forma de equivalente es que el valor de uso se convierte en en la forma en que se manifiesta su contrario, el valor.
La forma natural de la mercancía se convierte en forma de valor. Como ninguna mercancía puede referirse a sí misma como  equivalente, tiene que referirse a otra mercancía como equivalente
El cuerpo de la mercancía que presta servicios de equivalente, cuenta siempre como encarnación de trabajo abstractamente humano y en todos los casos es el producto de un trabajo determinado útil, concreto. Este trabajo concreto, pues, se convierte en expresión de trabajo abstractamente humano.  
Otra peculiaridad de la forma de equivalente es que el trabajo concreto se convierte en la forma de trabajo abtractamente humano.
La mercancía es valor de uso u objeto para el uso y “Valor”. Se presenta como ese ente dual que es cuando su valor posee  una forma de manifestación propia, distinta de su forma natural, pero considerada aisladamente nunca posee aquella forma: únicamente lo hace en la relación de valor o de intercambio con una segunda mercancía, de diferente clase.
La forma de valor o la expresión del valor de la mercancía surge de la naturaleza del valor mercantil, y que por el contrario, el valor y la magnitud del valor no derivan de su forma de expresión en cuanto valor de cambio.
Bajo todas las condiciones sociales el producto del trabajo es objeto para el uso, pero sólo una época de desarrollo históricamente determinada –el trabajo gastado en la producción de un objeto útil como atributo objetivo de este último, o sea como su valor- transforma el producto del trabajo en mercancía. Se desprende de esto que la forma simple de valor de la mercancía es a la vez la forma mercantil simple adoptada por el producto del trabajo.
B. FORMA TOTAL O DESPLEGADA DE VALOR
Por primera vez este mismo valor se manifiesta auténticamente como una gelatina de trabajo humano indiferenciado. El trabajo que lo constituye, ve presentado ahora expresamente como trabajo equivalente a cualquier otro trabajo humano.
Es la magnitud de valor de la mercancía la que rige sus relaciones de intercambio.
Toda mercancía oficia de equivalente y por lo tanto cuerpo de valor.
Las diferencias de la forma relativa desplegada de valor se reflejan en la forma de equivalente que a ella corresponde. Como la forma natural de cada clase singular de mercancías es aquí una forma particular de equivalente al lado de otras innumerables formas particulares de equivalente, únicamente existen formas restringidas de equivalente.
La forma relativa desplegada de valor solo se compone de una suma de expresiones de valor relativas simples o ecuaciones de la primera forma.
C. FORMA GENERAL DE VALOR
Las mercancías representan ahora su valor de manera simple porque lo representan en una sola mercancía y de manera unitaria porque lo representan en la misma mercancía. Su forma de valor es simple y común a todas y por consiguiente general.
Las dos formas precedentes expresan el valor de cada mercancía, ora en una sola de diferente clase con respecto a aquella, ora en una serie de muchas mercancías que difieren de la primera. En ambos casos es, un asunto privado de cada mercancía singular la tarea de darse una forma de valor, y cumple ese cometido sin contar con el concurso de las demás mercancías. La forma general del valor surge tan solo como obra común del mundo de las mercancías. Una mercancía solo alcanza la expresión general de valor porque todas las demás mercancías expresan su valor en el mismo equivalente, y cada nueva clase de mercancías que aparece en escena debe hacer otro tanto. Únicamente puede quedar expresada por la relación social omnilateral entre las mismas; la forma de valor de las mercancías, por consiguiente, tiene que ser una forma socialmente vigente.
La forma general valor, la cual presenta a los productos del trabajo como simple gelatina de trabajo humano indiferenciado, deja ver en su propia estructura que es la expresión social del mundo de las mercancías. Hace visible, de este modo, que dentro de ese mundo, el carácter humano general del trabajo constituye su carácter específicamente social.
2.Relación de desarrollo entre la forma relativa de valor y la forma de equivalente.
Al grado de desarrollo de laa forma relativa de valor corresponde el grado de desarrollo de la forma de equivalente. Pero conviene tener en cuenta que el desarrollo de la segunda no es más que expresión y resultado del desarrollo alcanzado por la primera.
3.Transición de la forma general de valor a la forma de dinero.
La forma de equivalente general es una forma de valor en general. Puede adoptarla cualquier mercancía. Por otra parte, una mercancía solo se encuentra en la forma de equivalente general porque todas las demás mercancías la han separado de sí mismas, en la calidad de equivalente, y en la medida en que ello haya ocurrido. Tan solo a partir del instante en que esa separación se circunscribe definitivamente a una clase específica de mercancías, la forma relativa unitaria de valor propia del mundo de las mercancías adquiere consistencia objetiva y vigencia social general.
La clase específica mercancías con cuya forma natural se fusiona socialmente la forma de equivalente, deviene mercancía dineraria  o funciona como dinero. Llega a su función social específica, y por lo tanto su monopolio social, desempeñar dentro del mundo de las mercancías el papel de equivalente general.
D. FORMA DE DINERO
La forma de dinero no varía en nada de la forma de equivalente general. El progreso consiste en la forma de intercambiabilidad general directa, o la forma de equivalente general, se ha soldado de modo definitivo, por la costumbre social, con la específica forma natural de la mercancía oro.
Si el oro se enfrenta a las  otras mercancías solo como dinero, ello se debe a que anteriormente se contraponía a ellas como mercancía. Al igual que todas las demás mercancías, el oro funcionó también como equivalente.
La dificultad que presenta el concepto de la forma de dinero se reduce a comprender la forma de equivalente general, la forma III. Esta se resuelve a su vez en la forma II, la forma desplegada de valor, y su elemento constitutivo es la forma I. la forma simple de la mercancía es, por consiguiente, el gérmen de la forma de dinero.
  1. EL CARÁCTER FETICHISTA DE LA MERCANCÍA
El carácter místico de la mercancía no deriva, de su valor de uso. Tampoco proviene del contenido de las determinaciones de valor.
Lo misterioso de la forma mercantil consiste sencillamente, en que a misma refleja ante los hombres el carácter social de su propio trabajo como caracteres objetivos inherentes a los productos del trabajo, como propiedades sociales naturales de dichas cosas, y, por ende, en que también refleja la relación social que media entre los productores y el trabajo global, como una relación social entre los objetos, existente al margen de los productores. Es por este quid pro quo como los productos del trabajo se convierten en mercancías, en cosas sensorialmente suprasensibles o sociales.
En el mundo religioso los productos de la mente humana parecen figuras autónomas, dotadas de vida propia, en relación unas con otras y con los hombres. Otro tanto ocurre en el mundo de las mercancías con los productos de la mano humana. A esto llamo fetichismo.
Es solo en su intercambio donde los productos del trabajo adquieren una objetividad de valor, socialmente uniforme, separada de su objetividad de uso, sensorialmente diversa. Tal escisión del producto laboral en cosa útil y cosa de valor sólo se efectiviza, en la práctica, cuando el intercambio ya ha alcanzado la extensión y relevancia suficientes como para que se produzcan cosas útiles destinadas al intercambio.
El que los hombres relacionen entre sí como valores los productos de su trabajo no se debe al hecho de que tales cosas cuenten para ellos como meras envolturas materiales de trabajo homogéneamente humano. Al equiparar entre sí en el cambio como valores sus productos heterogéneos, equiparan  recíprocamente sus diversos trabajos como trabajo humano. No lo saben, pero lo hacen. El valor, no lleva escrito en la frente lo que es. Transforma a todo producto del trabajo en un jeroglífico social.